Kana y yo estamos saliendo pero casarnos con otra chica. Aun así no me dejó, todavía ocasionalmente nos afectamos sigilosamente. Pero desde que me mudé el trabajo hace aproximadamente un año, no la volví a ver. Mi viaje de negocios esta vez fue a Tokio, donde vivía Kana. Cuando llamé para decir que quería conocer a Kana, inmediatamente vino. Nos apresuramos juntos, no desperdiciar un momento. Kana sigue siendo la misma, todavía hermosa y atractiva. Pero en su rostro siempre mostró un dolor. Cuando habla de nuestras historias, Kana no pudo contener las lágrimas. Sabía que la lastimaba, pero no podía hacer nada en este momento. Lo único que podía hacer era aprovechar este tiempo escaso, tratando de darle una sensación cálida, felicidad que probablemente nunca podría volver a darle ...